En ellas no hay malabares que te desconcentren del objetivo más importante: acercarte amorosamente a tu pareja. ¡Conócelas!

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as dinámicas que este mítico manual tiene para dar variedad al acto sexual conforman un gran abanico de donde escoger según nuestras habilidades y objetivos, y esta vez, toca satisfacer a quienes desean un acercamiento más íntimo con su pareja. Así que seleccionamos 6 de las posiciones más amorosas del Kamasutra, y no olviden rodearse de un ambiente donde el misticismo haga honor a su origen ancestral para hacerlo aún más entrañable:

1. El balancín

Ésta tiene distintas variaciones, pero la más íntima es cuando él se sienta al borde de la cama con las manos recargadas hacia atrás y tú sobre él mientras lo abrazas, quedando frente a frente; en esta posición, tienes más control en la profundidad de la penetración, y tu pareja sube y baja para llevar la cadencia del acto.

2. El candado

Tú te sientas al borde de una mesa alta, como la barra o la lavadora, apoyándote con los brazos, y él, de pie, te penetra aferrándose a tus caderas, mientras lo ‘abrazas’ con tus piernas. Verse a los ojos hará más intenso el encuentro.

3. La milhoja

Ésta unión consiste en estar cuerpo a cuerpo acostados y tú sobre él, al tiempo que te penetra sin separarse ni un milímetro. Una excelente opción después de un sensual masaje con aceites, los cuales ayudarán en el deslizamiento de las pieles.

4. El molde

O la famosa “cucharita”, en la cual, horizontalmente, él te invade por detrás para entrar en ti a la vez que disfruta de tus senos y consiente tu espalda

5. Inspiración oriental

Mientras tú estás boca arriba con las piernas levemente abiertas y flexionadas, él se desliza por debajo de tus muslos – aquí el erotismo de esta posición –, quedando sentado con las piernas estiradas debajo de las tuyas; él sujeta tu pelvis para acercarte hacia él y así inicia la penetración.

6. Rodillas al frente

Cara a cara y arrodillados, entrelazan sus piernas rozando los muslos de ambos, y abrazados, tus senos rozan su torso y él entra en ti.

El momento zen, es el descanso luego del acto sexual, en el que, recostados uno frente al otro y con tu pierna rodeando su cadera, inician las caricias relajantes, que se convertirán en un inevitable preámbulo para el siguiente encuentro, aunque ahora con una penetración pausada, que, según las energías que hayan quedado del choque anterior, podrá ser más intensa. Porque al foreplay nadie se le resiste.

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