La masturbación es uno de los rituales más edificantes de la sexualidad humana; mujeres y hombres hemos experimentado el goce a nuestro antojo en nuestro espacio más íntimo.

S

in embargo, el encuentro con otro cuerpo igualmente deseoso, sin duda, también nos ofrece plenitud a tope. Pero ¿qué hay del orgasmo que resulta de cada situación? Para nosotras, ¿cuál es el que más nos satisface? Ese que, orgánicamente, disfrutamos más. Aquí, lo bueno y no tanto de cada momento.

A SOLAS

PRO: ¿El tiempo? El que se queramos. Hasta en el baño de la oficina durante un break, lo tomamos con calma para darnos un orgasmo fascinante. Ni hablar del sofá a nuestras anchas, en la regadera y más aún en esa cama perfumada y de telas suaves que caprichosas preparamos.

PRO: Desnudas o vestidas. Mientras que sin ropa, los textiles ajenos se deslizan en la piel, creándose mareas y montículos que se introducen en nuestros pliegues, también es delicioso enfundar el cuerpo con prendas sexys que invitan al idilio en solitario.

PRO: La imaginación, con la cual emanan de nosotras los sonidos, las palabras y los nombres que queramos vociferar, completando el disfrute ilimitado, y de ahí el orgasmo más explosivo.

CONTRA: Pero si hemos vivido una ruptura reciente, cuando volvemos del riquísimo trance, quizá una depresión post coito resulte en la tristeza de sentirnos solas, sin nuestra ex pareja, y del orgasmo planeado, ni hablar.

cuando se sienten mas los orgasmos femeninos

EN COMPAÑÍA

PRO: Ver, escuchar, tocar y que nos toque nuestro acompañante es un afrodisíaco infalible para llegar al éxtasis. Si ello, muchas no pueden lograrlo.

PRO: Rozarnos en su piel puede sensibilizar nuestro clítoris. Además, no hay nada como el foreplay para lograrlo “de propia mano”, mientras ambos nos ponemos a mil.

PRO: Si dominamos las diversas posiciones para cumplir el objetivo, será más fácil vivir el orgasmo. Su lengua es primordial y el buen manejo de su pene, que puede regalarnos una exquisita detonación vaginal. Aquí, la práctica es esencial.

CONTRA: Generalmente, somos nosotras las que provocamos nuestro deleite; si no, debemos indicarles cómo y necesitamos mucho tiempo para ello, pues casi siempre estamos más ocupadas en su orgasmo, ya que el masculino es mucho más fácil que suceda.

Para ti, ¿cuál es el más placentero?

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