sexo
Pregúntate qué te causa placer en la vida cotidiana.

Hace un par de semanas estaba sentado con mi amiga Tania en una comida de trabajo y, en algún momento de la sobremesa, me empezó a contar acerca de su nuevo amorío. Por diversas razones, entre ellas la timidez de él, no habían podido tener un encuentro sexual a pesar de que varias veces se habían quedado a dormir en la misma cama.

Me preguntó: “¿Piensas que debo tomar yo la iniciativa? ¿No crees que se espante?” Le sugerí que lo hiciera, que si quería tener sexo con su nueva pareja no esperara a que él diera el primer paso. A veces los hombres no lo hacemos porque pensamos que ustedes no quieren. “¿De verdad?, yo siempre he creído que ustedes nos conocen perfectamente y saben cuándo queremos o cuándo estamos poniendo pretextos”. Entonces tuve una clave de los eternos malentendidos en pareja. Y de las quejas de los hombres en relación con las mujeres ‘complicadas’.

A veces damos por hecho muchas cosas. No hablamos de nuestras necesidades y preferencias. Queremos que nos lean la mente y, entonces, padecemos una vida sexual y amorosa frustrante. ¿Cómo una chica puede hacerse cargo de su vida sexual y amorosa y disfrutarla? Así, directo le pregunté a Karla Barrios Rodríguez, psicoterapeuta sexual y de pareja. Ella me propuso un TOP 10 de acciones para que no vuelvas a complicarte la vida.

1. No olvides tus necesidades y deseos. El trabajo, la escuela, el ejercicio, las dietas, las compras… La locura de la vida misma contribuye a que olvidemos preguntarnos qué es lo que precisamos y deseamos en nuestra vida amorosa y sexual. “Damos por hecho que tenemos claro esas necesidades y dejamos de preguntarnos qué es importante en este momento de nuestra vida”, indica Karla.

2. Pide y te será dado. Te da pena decirle que tienes ganas de quedarte en la cama y llegar tarde a la oficina. Él se levanta y se va. Un beso en la frente y tú te quedas frustrada porque no abriste la boca… A veces no basta con tener claridad en nuestras necesidades y deseos, es importante expresarlos. Pedir no empobrece. “Si nos atrevemos a pedir y expresar sin temor a sentirnos rechazadas o frustradas por no obtener lo que queremos; tal vez tengamos más ganancia que si guardamos silencio”.

3. Sin prejuicios ni estereotipos, por favor. Una mujer no toma la iniciativa. No es femenino. Really? Si nos detenemos a revisar todas las barreras que ponemos para vivir el amor y el placer, nos daremos cuenta de que no suman nada para nuestra felicidad. “Vale la pena construir las propias reglas amorosas y eróticas y dejar de basarnos en lo aprendido con los cuentos de princesas, las telenovelas y lo que nos enseñaron otras personas”.

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4. Primero lo primero. Él te toma de la cintura y te retiene en la cama. No quiere que te vayas. Te besa y abraza; un quickie no sería mala idea: tú brincas de la cama al grito de “se me hace tarde para la oficina”. No sólo tu trabajo o la familia deben ser prioridad. En esta sociedad acelerada se nos olvida que el placer y el amor son fuentes de crecimiento y desarrollo. “Así como resulta importante enfocarnos en nuestros espacios de crecimiento económico, profesional, familiar y social; es fundamental también atender nuestra relación de pareja y erótica. No bastan las compras, las fiestas familiares ni los 15 minutos antes de dormir. También el amor y el placer reditúan”.

5. El aburrimiento está out. ‘Estable’ no es lo mismo que ‘monótono’ o ‘rutinario’. Sí, es cómoda la estabilidad, pero no nos permite percibir lo nuevo, lo que está sucediendo en el presente, aquí y ahora. “Nos automatizamos. Entonces vale la pena preguntarnos de vez en cuando, qué tanto contribuimos y permitimos que la cotidianidad, o incluso la rutina, invadan nuestra vida amorosa y sexual hasta hacerla repetitiva”.

6. Actualízate. No te compres la historia de “y vivieron felices para siempre”. Las necesidades personales cambian de manera constante y no pueden ser cubiertas de una misma manera. A los 17 no querías lo mismo que a los 27. Queda claro, ¿no? “Actualizar lo que voy sintiendo en el día con día y lo que voy necesitando, contribuye de manera favorable a satisfacer requerimientos personales específicos y concretos tanto en el plano amoroso como en el erótico”.

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7. Mucha Imaginación, creatividad y soluciones totalmente nuevas. Eres demasiado práctica, igual y no te das cuenta, pero todo lo resuelves con las mismas recetas, pues básicamente te han funcionado siempre. Así aprendiste y te resulta fácil ese modo de responder a los retos que se te presenten. “La imaginación, la fantasía, nuevos caminos, nuevos modos de construir nuestros vínculos y nuestro placer, hacen que nos reconozcamos en cada experiencia que vivimos y nos crean opciones para expandir nuestra capacidad amorosa y erótica”.

8. Y tú.., ¿qué quieres? De repente, conoces a alguien. La verdad, hasta dudas un poco. No sabes si en verdad te conviene o si sólo pasas del dating a un compromiso definitivamente mucho más formal. Entonces decides mejor preguntarle a tu mejor amiga y ella te contesta que… Hemos aprendido a consultarlo absolutamente todo; a dejar las decisiones y elecciones propias en manos de otras personas que creemos ‘mejores’ que nosotras mismas. “Los puntos de vista de otras personas a quienes estimamos, obvio tal vez ayuden, sólo que las respuestas de verdad más importantes deben provenir únicamente de nuestra experiencia personal”.

9. Hombres, sí. Adivinos, no. Por desgracia, ninguno lee la mente. Te lo aseguro. Tampoco tenemos una bola de cristal con poderes mágicos. Y muchas veces, esa misma incapacidad ha sido fuente de muchas peleas y disgustos. “Si esperamos a que los hombres se conviertan en adivinos y sean ellos quienes resuelvan nuestras inquietudes tanto en el plano amoroso como en el sexual, estamos por completo condenadas a vivir en la frustración constante”.

10. Decide y actúa. Podría ser un gran amigo, pero en realidad es tu pareja y te remuerde la conciencia tomar la decisión de cortarlo de una vez y para siempre. Tiene muchas virtudes, si ese no es el problema, pero el asunto es que no estás enamorada. “Nos da mucho miedo darnos cuenta de que no estamos en una relación lo suficientemente nutritiva, placentera, agradable y sobre todo, viable. Y nos repetimos el famoso dicho de la abuela: “Más vale malo conocido, que bueno por conocer”. Mejor cuestiónate sinceramente por qué debes terminarlo o cuál es la razón real de no atreverte a comenzar otro romance con tantas nuevas perspectivas. Ese ejercicio, sin duda te enriquecerá y te ayudará a decidirte.

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